Espacio complementario de escritura del grupo de Desarrollo de Habilidades Lingüísticas (Diplomatura de Maestro, Especialidad de Audición y Lenguaje, actualmente como materia "En extinción", sin docencia presencial). Facultad de Formación del Profesorado, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Las Palmas de Gran Canaria, Spain.

1/11/10

9. REFLEXIÓN SOBRE LA PRESENCIA DE LA LENGUA ORAL (Módulo II)

En consonancia con la reflexión que estamos iniciando en nuestro dulo II, les invito a que expongan su opinión, su punto de vista sobre la presencia de la Lengua oral en nuestros espacios educativos. Para fundamentar dicha opinión, consulten el siguiente artículo:

31 comentarios:

Jonatan Herrera De Souza dijo...

Este articulo, refleja la realidad de nuestra escuela. Una realidad en la que a los alumnos, se les dan muchos conocimientos, pensamientos, valores, pero a la hora de la verdad no lo ponen en práctica mediante la verbalización, las charlas. Esto, al alumnado le produce un kaos en sí mismo, porque él sabe que tiene los conocimientos necesarios, pero le falta la herramienta para expresarlo, siendo consecuencia de una mala estimulación en las aulas de la oralidad. Sin más yo me pongo de ejemplo, en la última clase me costó muchísimo expresarme y es por falta de práctica y es eso lo que falta en nuestra aulas.

Mediante la oralidad se trabajan muchas cosas y nos aportan muchas herramientas que nos servirán a lo largo de nuestras vidas como pueden ser, el respetar el turno, escuchar a los demás, escoger bien las palabras, no temer a opinar a participar, etc.

No hace falta indagar mucho para darnos cuenta que en otros países si se trabaja la oralidad y la participación del alumnado como por ejemplo en Sudamérica, un niño sudamericano se expresa con mucha soltura y es muy versátil en vocabulario, sin embargo a un niño de nuestro país le cuesta más. Todo esto tiene una explicación y es que en esos países le dan mucha importancia a la oralidad. Mas allá vi un video en youtube de una clase sudamericana, en el se refleja que en la clase siguen la técnica de Freinet y esta técnica tiene como principio hacer del alumno una participación activa, aportando sus experiencias, sus inquietudes.

Os dejo el link: http://www.youtube.com/watch?v=jSAIZEJG7L8

Alexander dijo...

Hola, pues yo estoy de acuerdo con el comentario de jhon. Muchas veces ni los propios maestros tienen la oralidad bien trabajada, y eso es un problema que viene de atrás, y lo que es peor, un problema , o mas bién un déficit que adoptarán sus alumnos.
Creo que es necesario que desde edades bien tempranas se trabaje esto,por ejemplo através de dinamicas de grupo, juegos , etc. Con esto pretendo decir que la capacidad de hablar bien delante de otras personas tiene que ser algo "adquirido con naturalidad" no forzado; por que ¿Cúantas veces hemos dicho eso de es solo una exposición ? ¿Porqué me voy a poner nervioso? y después de forma involuntaria se nos vienen las palabras encima y nos " escachan".
Por lo tanto creo que es una asignatura pendiente de la educación española y de otros paises, por la que no podemos esperar, tenemos que ser nosotros mismos quienes hagamos que hablar delante de un grupo de personas sea un hábito e incluso un placer en vez de convertirse en toda una odisea de la que intentamos salir "por los pelos".
Alexander S.Q

María del Pino Nieves Rodríguez dijo...

Como bien sabemos, la oralidad es uno de los atributos más importantes de una persona. Aquél que sepa exponer bien sus ideas, sepa compreder a lo demás y darles su opinión, tenga soltura a la hora de expresarse y tenga un poder de covicción bueno, esa persona podrá considerarse como buen orador.
En nuestros espacios educativos son necesarios todos aquellos métodos que fomenten la oralidad en los alumnos ya que , un alumno con un buen nivel de oralidad será un alumno que no tendrá problemas en su futuro para expresarse.
La pregunta es, ¿estamos llevando a cabo esos métodos o estrategias para mejorar la calidad de nuestros alumnos con respecto a la oralidad? Yo pienso que no, porque sólo hay que ir a un aula de segundo de bachillerato para comprobar que a los componentes de dicha aula les cuesta muchísimo el salir frente a toda su clase y exponer un trabajo. Por lo que debemos tomarnos en serio la importancia de la lengua oral en las aulas y tenemos que fomentarla como futuros maestros que seremos.
Cuando hablamos de lengua oral u oralidad, hablamos de expresar bien y con convicción aquello que queremos transmitir, de reflexionar y comprender las opiniones de otros y saber argumentar tus respuestas, etc.
Si un maestro no tiene un buen lenguaje oral, será imposible que pueda transmitir un modelo a seguir a sus alumnos.

Elena Díaz Vega dijo...

Tras la lectura del artículo, en lo que respecta a la oralidad en los centros educativos, creo que debería ser trabajada en todos los niveles del sistema, desde el inicial al superior, ya que muchas personas (entre las cuáles me incluyo), se ven con la carencia de no saber expresarse en público, ya sea por vergüenza, timidez o por falta de estrategias. Los centros educativos se centran en la expresión escrita dejando al margen la oral, sin tener en cuenta que cuando te haces mayor, es ésta la que te va a abrir o cerrar muchas puertas profesionales. Trabajándola desde pequeños te va a liberar de miedos, nerviosismo, te enseña a como comportante delante del grupo de clase, etc.
En definitiva creo que es importante no sólo saber comunicarte de una manera escrita o con las personas de tu entrono más cercano sino también saber comunicar cuando el que tienes delante es un desconocido o un grupo de ellos.

Saludos.

Pilar Nunes dijo...

Es evidente que existe la presencia oral en nuestras aulas, aunque pienso que tenemos que ser consecuentes con la realidad; la oralidad se debe utilizar en cualquier contexto, tenemos que ser capaces de expresarnos con absoluta seguridad en cualquier situación, y no sólo durante el trabajo en el aula.

Hoy día, saber expresarse correctamente es una virtud, pero tener la capacidad de hacerlo en público lo es aún más. No cabe duda, que esto supone un grave problema para muchos de los alumnos de nuestros centros educativos, y se manifiesta por no tener la suficiente práctica en ello.

La escuela, por lo tanto, es de donde tenemos que partir. Es el lugar de socialización por excelencia y tiene que tener en consideración la importancia del uso habitual de la oralidad. De hecho, el ser humano aprende hablar, porque se le habla; de ahí la importancia de unos correctos estímulos.

En definitiva, y bajo mi punto de vista, se deben proporcionar infinidad de situaciones comunicativas, ya sea dentro o fuera del aula, para que, cualquier usuario sea capaz de transmitir con toda seguridad, libertad y respeto cualquier idea que se proponga.

Jasmina Melián Melián dijo...

Reflexión sobre la presencia de la lengua oral.

Bajo mi punto de vista, el artículo destaca los problemas a los que se enfrentan los alumnos para expresarse adecuada y eficazmente ante un público, ya sea éste conocido o no, además de proporcionar una serie de objetivos que deben trabajarse en el aula.

Todos hemos aprendido, desde muy pequeños, a escribir cuentos, opiniones, comentarios de textos, a plasmar nuestros sentimientos en un papel, pero creo que no se ha hecho lo mismo con la oralidad, ya que si esto fuera así no nos encontraríamos con las dificultades a la hora de hablar en público.
Esto debe llevarse acabo desde los primeros niveles de enseñanza y mantenerse y reforzarse en la ESO, en Bachillerato e incluso en la Universidad, ya que en éste se realizan más exposiciones ante un gran número de personas.

Por otra parte, debe proporcionarse al alumno una serie de recursos expresivos, hacerles ver las diferencias según la situación del acto comunicativo y el público al que nos dirigimos, destacar la importancia del lengua no verbal así como capacitarlos, al mismo tiempo, del respeto y escucha hacia los compañeros, y de sus posibilidades en expresión oral, haciéndoles conscientes de su importancia en la vida diaria.

Para finalizar quisiera destacar que ese “miedo” que se tiene a hablar en público, puede ser debido a temer a equivocarse, a las risas que pueden derivarse de algún comentario pero, sin duda, es resultado de no trabajarse durante todos los ciclos educativos.

Jasmina Melián Melián dijo...

Reflexión sobre la presencia de la lengua oral.

Bajo mi punto de vista, el artículo destaca los problemas a los que se enfrentan los alumnos para expresarse adecuada y eficazmente ante un público, ya sea éste conocido o no, además de proporcionar una serie de objetivos que deben trabajarse en el aula.

Todos hemos aprendido, desde muy pequeños, a escribir cuentos, opiniones, comentarios de textos, a plasmar nuestros sentimientos en un papel, pero creo que no se ha hecho lo mismo con la oralidad, ya que si esto fuera así no nos encontraríamos con las dificultades a la hora de hablar en público.

Esto debe llevarse acabo desde los primeros niveles de enseñanza y mantenerse y reforzarse en la ESO, en Bachillerato e incluso en la Universidad, ya que en éste se realizan más exposiciones ante un gran número de personas.

Por otra parte, debe proporcionarse al alumno una serie de recursos expresivos, hacerles ver las diferencias según la situación del acto comunicativo y el público al que nos dirigimos, destacar la importancia del lengua no verbal así como capacitarlos, al mismo tiempo, del respeto y escucha hacia los compañeros, y de sus posibilidades en expresión oral, haciéndoles conscientes de su importancia en la vida diaria.

Para finalizar quisiera destacar que ese “miedo” que se tiene a hablar en público, puede ser debido a temer a equivocarse, a las risas que pueden derivarse de algún comentario pero, sin duda, es resultado de no trabajarse durante todos los ciclos educativos.

Sara Velasco Martín dijo...

Adquirir la capacidad de expresarse para satisfacer nuestras necesidades es complicado, debido a causas variables que irrumpen continuamente en ese proceso.
La comunicación oral debe ser trabajada con los alumnos desde edades muy tempranas -como realmente se hace en las escuelas y ciclos de Ed. Infantil, siendo éste un objetivo primordial de los docentes en estas edades- para obtener así un mayor avance en la expresión escrita durante los años siguientes, a la vez que un intercambio cultural y comunicativo más rico, lo que se logrará con el paso de los años. Tanto la expresión oral como la expresión escrita van ligadas. Escuchar, hablar, leer y escribir conforman lo que conocemos como “comunicación oral y escrita”. La complejidad viene por los agentes externos que interfieren en la adquisición de esa capacidad, pero también por factores internos, inherentes al niño, por causas psicológicas, físicas y/o heredadas; de ahí que la enseñanza de la lengua suponga un reto cada vez mayor para los docentes.
Asimismo, la Didáctica de la Lengua debe insistir en diversos aspectos para que nuestras escuelas promuevan el buen desarrollo integral de sus alumnos. Fomentar el interés y el respeto por la expresión y comprensión oral, la lectura y la escritura, tanto propia como de los demás, es algo que hoy en día se ve comprometido al contemplarse también otras necesidades : lenguas extranjeras, uso de nuevas tecnologías … También es importante que los alumnos crean en sí mismos, que tengan confianza en sus capacidades comunicativas para que, a la hora de ponerse a hablar en público, les sea más sencillo expresarse, dejar a un lado la vergüenza y el no saber qué hacer con las manos, como nos pasa a muchos de nosotros. Esto hará que crezca en las personas el interés por compartir todo tipo de experiencias, ya sea narrando o escribiendo. Además, todo ello hará que se logre una ampliación y mejora del vocabulario.
Por otra parte, a la hora de enseñar a exponer, argumentar, formular preguntas, explicar, debatir, etc., la escuela de hoy genera al mismo tiempo el conocimiento y la valoración de las reglas y las normas para utilizar nuestro lenguaje, con el fin de obtener un lenguaje culto y correcto, pues eso dice mucho de una persona. El habla de un individuo dice mucho de él, como por ejemplo el ámbito social en el que se mueve, además de saber utilizarlo dependiendo del contexto: lugar, tiempo, grupo de población, grupo de uso, etc.

MARÍA DEL PINO RODRÍGUEZ LÓPEZ dijo...

Tras la lectura de este artículo, desde mi punto de vista la presencia de la lengua oral en nuestros espacios comunicativos es bastantes escasa, pues no nos dan la formación suficiente en la E.S.O y en el Bachillerato, para nosotros llegar a la Universidad o salir a trabajar o a hacer cualquier otra cosa, y saber expresarnos de una forma correcta delante de las personas, debido a esa formación suficiente que NO nos dan en el instituto, luego en un futuro no sabemos como expresarnos en cada momento o en cada circunstancia.

Yo opino que en la E.S.O y en el Bachillerato han de dar una formación suficiente de la lengua oral, para que el alumno a la hora de enfrentarse sólo ante las adversidades de un futuro sepa como mantener una comunicación correcta con los demás.

Desde siempre, la comunicación ha sido muy importante, y quizás haya mucha gente que no valore esa facultad de poder tener una correcta comunicación oral.

Elena Pérez Medina dijo...

Aunque cada vez puede que se le esté dando más importancia a la oralidad pienso que en las escuelas no se le da la necesaria, y por ello cuando llegamos a la universidad muchos de nosotros no sabemos cómo expresarnos en público o hablar correctamente, y nos comen los nervios. Si desde pequeños como nos enseñaron a leer o a contar, nos enseñaran también a hablar en público, dirigirnos de manera adecuada según la situación etc, todo sería más fácil y la mayoría de nosotros no tendríamos grandes problemas para exponer algo a los demás.

Pero en las escuelas por regla general se centran en que adquieras grandes cantidades de conceptos, y no de que sepas trasmitirlos. Desde mi punto de vista un gran error, ya que en cierta manera nos limita a la hora de expresarnos como realmente quisiéramos, y ya no solo se extiende al ámbito educativo o profesional sino en un ámbito más personal.

El saber comunicarnos, es saber escuchar, esperar tu turno, exponer tus ideas de manera clara, adecuarlo según el contexto etc, imprescindible también para disfrutar de una buena conversación y así una buena relación con los demás.

Verónica Martín Ojeda dijo...

Estoy en acuerdo con este artículo sobre la importancia y a su vez complejidad de enseñar a los alumnos esta materia. Algo que me llamó la atención y que nunca me había planteado es lo que se comenta sobre que este aspecto de la lengua oral pertenece únicamente a la asignatura de Lengua pudiendo, para su optimo aprendizaje, estar presente en todas las áreas. Esto es algo muy interesante que se podía plantear y trabajar la forma de establecer esta modalidad en las demás áreas educativas.
Los propósitos que se enumeran al final del artículo los encuentro totalmente necesarios para trabajarlos con los alumnos ya que deben salir totalmente preparados respecto a la oralidad.
Otro aspecto que considero que es fundamental en nuestros días y que nos ayuda en nuestro futuro, es el saber hablar en público, ser capaces de transmitir lo que queremos expresar sin que los nervios nos lo impidan. Es una labor que al principio será complicada para muchos alumnos, por su timidez, nerviosismo etc, pero que a través de actividades y experiencia se puede conseguir. Y en mi caso, esto es algo a lo que nunca se le dio hincapié en las enseñanzas del instituto.

Aida Alejandra Afonso Mendoza. dijo...

Considero que la lengua oral construye un discurso dependiente del contexto en que se desarrolla. Es la lengua que cumple con la interacción cotidiana en el marco pragmático del diálogo. Se caracteriza por ser rápida, directa y espontánea y por la utilización de elementos paralingüísticos (gestos, ademanes, etc.).
Los alumnos entran en la escuela con un desempeño de la lengua oral coloquial y familiar que depende de sus condiciones personales y de su contexto socio–cultural; por lo tanto, la escuela debe y tiene que desarrollar y enriquecer esa lengua, aunque la realidad es bien diferente ya que ésta no se trabaja como se debería.

Como bien dice en el artículo leído: “la oralidad debe ser trabajada en todos los niveles del sistema educativo, desde el inicial al superior”.Por tanto, desde ella se puede capacitar a los alumnos para producir mensajes eficaces para cada situación comunicativa ya que la vida cotidiana exige el ejercicio de la palabra, la escucha atenta y la percepción crítica de los mensajes. Por este motivo, resulta indispensable capacitar a los alumnos en el desarrollo de formas de intercambio oral (conversación, exposición, debate, etcétera) y en la reflexión acerca de las características propias de la comunicación (importancia de elementos no lingüísticos –gestos, tonos de voz, etc.)

Paula González Marante dijo...

A partir de la noticia leída podemos observar la importancia que se le quiere dar a la lengua oral desde muy pequeños, a pesar de lo que dice, creo que en la etapa de primaria esto no se trabaja como debería ser y creo que no se le da la importancia que tiene. Esto lo podemos ver claramente ya que cuando accedemos a cursos superiores o cuando entramos a la universidad muchos estudiantes no estamos preparados para una simple exposición en público y nos resulta muchas veces todo un reto.
Por ello nosotros como futuros docentes debemos trabajar la lengua oral a partir de infinidad de métodos con los niños desde muy pequeños porque es la etapa donde mejor adquirirán esas habilidades, puesto que cuando somos adultos nos cuesta más adquirir algo que no teníamos. Así que creo que el utilizar la lengua oral debería darse como un hábito en la escuela, ya que a partir de ella podemos expresar infinidad de cosas. Además para el futuro es nuestra carta de presentación, por ejemplo a la hora de solicitar un trabajo. A parte de esto la lengua oral toma un papel muy importante a la hora de sociabilizar con los demás, ya que nos permite mantener relaciones con las personas con las que intercambiamos nuestras ideas, opiniones, pensamientos, etc.
En conclusión debemos ser conscientes de todos los papeles que puede desempeñar la lengua oral en la sociedad y por ello debemos aprender a jugar con ella y adaptarla a cada contexto.

Leticia Cazorla Monzón dijo...

Actualmente, en una época en la que la revolución tecnológica (sobre todo en aspectos informáticos) se ha ido abriendo paso a una velocidad casi imperceptible, es difícil otorgarle a la comunicación oral la importancia que requiere. Nos hemos olvidado poco a poco de lo fundamental de la comunicación no verbal, aspecto que sólo podemos fomentar a través de la oralidad.
Leyendas, mitos, historias reales, cuentos, proverbios, refranes populares, poetas sin libros, soñadores con sus sueños y anécdotas, constituyen la tradición cultural de un grupo o un pueblo que mediante lo oral conforman parte de su memoria colectiva.

La importancia de la oralidad en nuestras sociedades, muchas veces dejada de lado en abierta competencia con la escritura, es fundamental ya que los seres humanos construyen mediante ella su identidad y cultura.
También hay que destacar el valor de la oralidad como forma de recuperar la memoria, como posibilidad de intervenir en la producción de relatos propios que forman parte de la trama discursiva de la sociedad y a la vez una manera de proponer versiones alternativas de la historia.

Sin embargo y pese a su importancia, en los últimos años se ha observado que muchos estudiantes presentan dificultades para participar adecuadamente en comunicaciones orales propias de los ámbitos académico y laboral, cuyo registro de habla debe ser formal y que requieren planificación. Esto puede venir derivado de las aulas, ya que es en ellas donde fundamentalmente se le da una mayor importancia a la comunicación escrita. La educación moderna, en general, enfatiza la pronta adquisición de la lectoescritura como preparación para cumplir con los objetivos del currículum escolar en todos sus niveles.

Para revertir esta situación, es decir para formar no sólo buenos lectores/ escritores sino también buenos oyentes/ hablantes, el aula debe constituirse en el ámbito en el cual los estudiantes perfeccionen la competencia comunicativa que les permitirá desenvolverse eficazmente en un código: el oral.

Para mejorar su competencia oral los estudiantes tienen que partir de reconocer las características que definen a la oralidad y a la escritura como dos códigos distintos e independientes. Esto evitará que escriban como hablan (escritos con características propias del código oral: redundancias, vacíos de información, muletillas, etc.
La oralidad no se reduce a un contenido de información, ni a un conjunto de palabras o signos verbales. Se nutre de otros signos paralingüísticos como los tonos de las voces, su volumen, las pausas. El lenguaje verbal siempre está ligado al lenguaje corporal. Los signos vocales no se pueden ver asilados de los gestos, miradas, gesticulaciones, los cuales interactúan y participan en la comunicación oral.

Para perfeccionar la competencia oral del alumno deben existir tareas de aprendizaje orientadas a tal fin y con un objetivo definido. Además, es fundamental que los ejercicios simulen situaciones comunicativas reales que incluyan en su desarrollo todos los aspectos que intervienen en una comunicación oral: contexto (lugar y tiempo), roles e intereses de los interlocutores, tiempo de exposición, recursos a disposición de los interlocutores y elementos verbales y no verbales de la comunicación humana.
Conviene comenzar a familiarizar a los alumnos con la oralidad formal y planificada que deberán poner en práctica en los ámbitos académico y laboral a partir de ejercicios de análisis y reflexión que les permitan identificar las características que definen a la oralidad, por ejemplo, con la reproducción de un video y su posterior análisis grupal.

Para terminar, tengo que añadir una frase del investigador Walter Ong con respecto a las diferencias entre el oído y la vista, en la que afirma que “ La vista aísla; el oído une”. Mientras la vista sitúa al observador fuera de lo que está mirando, a distancia, el sonido envuelve al oyente.

Leticia Cazorla Monzón dijo...

Actualmente, en una época en la que la revolución tecnológica (sobre todo en aspectos informáticos) se ha ido abriendo paso a una velocidad casi imperceptible, es difícil otorgarle a la comunicación oral la importancia que requiere. Nos hemos olvidado poco a poco de lo fundamental de la comunicación no verbal, aspecto que sólo podemos fomentar a través de la oralidad.
Leyendas, mitos, historias reales, cuentos, proverbios, refranes populares, poetas sin libros, soñadores con sus sueños y anécdotas, constituyen la tradición cultural de un grupo o un pueblo que mediante lo oral conforman parte de su memoria colectiva.

La importancia de la oralidad en nuestras sociedades, muchas veces dejada de lado en abierta competencia con la escritura, es fundamental ya que los seres humanos construyen mediante ella su identidad y cultura.
También hay que destacar el valor de la oralidad como forma de recuperar la memoria, como posibilidad de intervenir en la producción de relatos propios que forman parte de la trama discursiva de la sociedad y a la vez una manera de proponer versiones alternativas de la historia.

Sin embargo y pese a su importancia, en los últimos años se ha observado que muchos estudiantes presentan dificultades para participar adecuadamente en comunicaciones orales propias de los ámbitos académico y laboral, cuyo registro de habla debe ser formal y que requieren planificación. Esto puede venir derivado de las aulas, ya que es en ellas donde fundamentalmente se le da una mayor importancia a la comunicación escrita. La educación moderna, en general, enfatiza la pronta adquisición de la lectoescritura como preparación para cumplir con los objetivos del currículum escolar en todos sus niveles.

Para revertir esta situación, es decir para formar no sólo buenos lectores/ escritores sino también buenos oyentes/ hablantes, el aula debe constituirse en el ámbito en el cual los estudiantes perfeccionen la competencia comunicativa que les permitirá desenvolverse eficazmente en un código: el oral.

Para mejorar su competencia oral los estudiantes tienen que partir de reconocer las características que definen a la oralidad y a la escritura como dos códigos distintos e independientes. Esto evitará que escriban como hablan (escritos con características propias del código oral: redundancias, vacíos de información, muletillas, etc.
La oralidad no se reduce a un contenido de información, ni a un conjunto de palabras o signos verbales. Se nutre de otros signos paralingüísticos como los tonos de las voces, su volumen, las pausas. El lenguaje verbal siempre está ligado al lenguaje corporal. Los signos vocales no se pueden ver asilados de los gestos, miradas, gesticulaciones, los cuales interactúan y participan en la comunicación oral.

Para perfeccionar la competencia oral del alumno deben existir tareas de aprendizaje orientadas a tal fin y con un objetivo definido. Además, es fundamental que los ejercicios simulen situaciones comunicativas reales que incluyan en su desarrollo todos los aspectos que intervienen en una comunicación oral: contexto (lugar y tiempo), roles e intereses de los interlocutores, tiempo de exposición, recursos a disposición de los interlocutores y elementos verbales y no verbales de la comunicación humana.
Conviene comenzar a familiarizar a los alumnos con la oralidad formal y planificada que deberán poner en práctica en los ámbitos académico y laboral a partir de ejercicios de análisis y reflexión que les permitan identificar las características que definen a la oralidad, por ejemplo, con la reproducción de un video y su posterior análisis grupal.

Para terminar, tengo que añadir una frase del investigador Walter Ong con respecto a las diferencias entre el oído y la vista, en la que afirma que “ La vista aísla; el oído une”. Mientras la vista sitúa al observador fuera de lo que está mirando, a distancia, el sonido envuelve al oyente.

Leticia Cazorla Monzón dijo...

Actualmente, en una época en la que la revolución tecnológica (sobre todo en aspectos informáticos) se ha ido abriendo paso a una velocidad casi imperceptible, es difícil otorgarle a la comunicación oral la importancia que requiere. Nos hemos olvidado poco a poco de lo fundamental de la comunicación no verbal, aspecto que sólo podemos fomentar a través de la oralidad.
Leyendas, mitos, historias reales, cuentos, proverbios, refranes populares, poetas sin libros, soñadores con sus sueños y anécdotas, constituyen la tradición cultural de un grupo o un pueblo que mediante lo oral conforman parte de su memoria colectiva.
La importancia de la oralidad en nuestras sociedades, muchas veces dejada de lado en abierta competencia con la escritura, es fundamental ya que los seres humanos construyen mediante ella su identidad y cultura.
También hay que destacar el valor de la oralidad como forma de recuperar la memoria, como posibilidad de intervenir en la producción de relatos propios que forman parte de la trama discursiva de la sociedad y a la vez una manera de proponer versiones alternativas de la historia.
Sin embargo y pese a su importancia, en los últimos años se ha observado que muchos estudiantes presentan dificultades para participar adecuadamente en comunicaciones orales propias de los ámbitos académico y laboral, cuyo registro de habla debe ser formal y que requieren planificación. Esto puede venir derivado de las aulas, ya que es en ellas donde fundamentalmente se le da una mayor importancia a la comunicación escrita. La educación moderna, en general, enfatiza la pronta adquisición de la lectoescritura como preparación para cumplir con los objetivos del currículum escolar en todos sus niveles.
Para revertir esta situación, es decir para formar no sólo buenos lectores/ escritores sino también buenos oyentes/ hablantes, el aula debe constituirse en el ámbito en el cual los estudiantes perfeccionen la competencia comunicativa que les permitirá desenvolverse eficazmente en un código: el oral.

Para mejorar su competencia oral los estudiantes tienen que partir de reconocer las características que definen a la oralidad y a la escritura como dos códigos distintos e independientes. Esto evitará que escriban como hablan (escritos con características propias del código oral: redundancias, vacíos de información, muletillas, etc.
La oralidad no se reduce a un contenido de información, ni a un conjunto de palabras o signos verbales. Se nutre de otros signos paralingüísticos como los tonos de las voces, su volumen, las pausas. El lenguaje verbal siempre está ligado al lenguaje corporal. Los signos vocales no se pueden ver asilados de los gestos, miradas, gesticulaciones, los cuales interactúan y participan en la comunicación oral.
Para perfeccionar la competencia oral del alumno deben existir tareas de aprendizaje orientadas a tal fin y con un objetivo definido. Además, es fundamental que los ejercicios simulen situaciones comunicativas reales que incluyan en su desarrollo todos los aspectos que intervienen en una comunicación oral: contexto (lugar y tiempo), roles e intereses de los interlocutores, tiempo de exposición, recursos a disposición de los interlocutores y elementos verbales y no verbales de la comunicación humana.
Conviene comenzar a familiarizar a los alumnos con la oralidad formal y planificada que deberán poner en práctica en los ámbitos académico y laboral a partir de ejercicios de análisis y reflexión que les permitan identificar las características que definen a la oralidad, por ejemplo, con la reproducción de un video y su posterior análisis grupal.
Para terminar, tengo que añadir una frase del investigador Walter Ong con respecto a las diferencias entre el oído y la vista, en la que afirma que “ La vista aísla; el oído une”. Mientras la vista sitúa al observador fuera de lo que está mirando, a distancia, el sonido envuelve al oyente.

Carmen Melián Suárez dijo...

Esta noticia me ha resultado bastante interesante. Estoy de acuerdo con que se debe educar a los niños desde muy temprano para que se sepan expresar tanto a la hora de hablar como a la hora de escribir, ya que es muy importante que cualquier persona pueda llegar a defenderse ante el público o mediante un comunicado utilizando las palabras correctas que hablando malamente.
Hoy en día nos encontramos en la calle muchas personas que no se expresan correctamente o que simplemente no sabría escribir una carta con las palabras adecuadas. Siempre he pensado que una persona que utiliza un buen vocabulario puede llegar a convencer a otra aunque no tenga la razón totalmente.
Por lo que me resulta una buena opción educar desde muy temprano a las personas en la lengua oral y escrita.

Vanessa León Domínguez dijo...

IMPORTANCIA DE LA ORALIDAD HOY EN DÍA
Muchas veces no nos damos cuenta o no nos ponemos a pensar como surgió todo, es decir la raíz de nuestro lenguaje, ¿porque nos comunicamos? ¿Como nos comunicamos?...
Sabemos que el ser humano siempre ha tenido la necesidad de contar lo que le sucede a su alrededor y dejar huella a través del tiempo; sin embargo muchas personas hoy en día no se han percatado de la evolución que ha tenido la oralidad, a través de distintas generaciones.
La oralidad es un sistema simbólico de expresión, y es quizás la característica más significativa de la especie. Ésta fue durante un largo tiempo, el único sistema de expresión, de transmisión de conocimientos y tradiciones...característica primordial, que encontramos hoy en día, en esferas alejadas de la cultura humana principalmente en tribus indígenas o africanas; que trabajan la oralidad; estas personas le siguen dando suma importancia al sentido de la palabra, ya que tiene una gran carga de significado, que nosotros no le sabemos dar...Pensemos, por ejemplo, en la transmisión de tradiciones orales como la de los cuentos infantiles, las recetas culinarias,...
La función social básica y fundamental de la oralidad consiste en permitir las relaciones sociales, pues la mayoría de las actividades cotidianas se llevan a cabo a través de la oralidad; Sin embargo, y a pesar de lo anteriormente dicho, la escritura es el sistema de expresión con mayor prestigio, sin tomar en cuenta que los conceptos de oralidad y escritura hacen referencia a dos modos distintos de producción del lenguaje, cada uno a su manera. Por alguna inexplicable razón, la escritura toma el lugar primordial .De modo que, la escritura, por estar despojada de una serie de características que provienen del sonido, como son por ejemplo la entonación, el ritmo, las pausas y otros fenómenos que forman parte del sistema de la lengua, se interpreta como lo perfecto, y la oralidad en lo imperfecto, problemático y difícil de estudiar.
"La cultura de un pueblo no es algo que ya está hecho y que solo debe ser transmitido, sino que es algo que se hace y rehace todos los días, un proceso histórico acumulativo selectivo, creativo y cien por cien dinámico”. Ya que la creación no solo enriquece esta herencia, sino también la actualiza, adecuándola a los tiempos que corren para que dé respuestas, convincentes y eficaces a los nuevos fenómenos. Es justamente el hecho creativo que promueve el cambio cultural. Sin creación, la cultura se vuelve estática, se desvincula progresivamente de la vida real y termina convirtiéndose en una parodia de sí misma.
Así pues, esta carga dada por las culturas primitivas a la oralidad debería ser igual de importante para nosotros, ya que apoyada de nuestra tecnología llegaríamos a una idea mucho mas certera de todo lo que nos rodea; y además también, lograríamos conservar las relaciones sociales y afectivas que hoy en día se han ido perdiendo debido a la propagación y manipulación de los medios.
Por otro lado, en los últimos años se ha observado que muchos estudiantes presentan dificultades para participar adecuadamente en comunicaciones orales propias de los ámbitos académico y laboral, esto es consecuencia directa del despojo de importancia a este campo ¿ no creen?

Vanessa León Domínguez dijo...

Para revertir esta situación, es decir, para formar no sólo buenos lectores/ escritores sino también buenos oyentes/ hablantes, el aula debe constituirse en el ámbito en el cual los estudiantes perfeccionen la competencia comunicativa que les permitirá desenvolverse eficazmente en un código oral, “que gobierna gran parte de su vida diaria”.

Así, como conclusión llegamos a una posición en la que lo ideal sería que haya una sincronización, un balance perfecto entre la oralidad y la escritura ya que, “El habla es la representación de la mente, y la escritura es la representación del habla”, en el cual podamos sacar el máximo partido de la tecnología y nos ayude tanto en el conocimiento como en las relaciones interpersonales.

Carmen Beatriz Reyes Mendoza dijo...

Es cierto que durante la primera etapa de la educación, es decir, en la Educación infantil, se trabaja muchísimo la expresión oral. Es en este periodo cuando más canciones, juegos orales de palabras... se llevan a cabo. El objetivo de esta enseñanza tan oral, es la facilidad para en cursos siguientes poder aprender a interpretar y, obviamente, usar la lengua escrita. A partir de este momento, en el que el niño ya emplea la lengua escrita de un modo frecuente, la comunicación oral pasa a un segundo plano. Todo el trabajo que se le pide a los chicos/as es escrito, y no se realizan exposiciones orales ante los propios compañeros.
Sin embargo, al finalizar la secundaria y más adelante, en bachillerato, ciclos y universidad, te exigen exposiciones orales. Y es aquí cuando, tanto el alumnado, como el profesorado, se da cuenta de la falta de recursos orales de los que se dispone, y que adquirimos con apenas de tres a seis años, aproximadamente, y que no volvimos a emplear más.
¿Dónde está el fallo? ¿La sociedad es consciente de la falta de recursos en la comunicación oral? ¿Sabemos expresarnos por escrito, pero por qué no sabemos expresarnos oralmente?
Son preguntas que un maestro se debe plantear. Es necesario que se cambie la metodología, y se insista más la oralidad. Motivar al alumnado a expresarse delante de sus compañeros, y que se pierda el miedo. Saber expresar lo que tenemos escrito es importante, pero lo es más, saber comunicar oralmente cuando nos preguntan que es lo que hemos escrito, de una manera correcta.

Chiva dijo...

Héctor Robaina Correa, “Chiva”.

Las escuelas deberías recordar que aprendemos antes (y por naturaleza) la habilidad de hablar, que adquirimos palabras en el desarrollo de la vida, que intercambiamos información con otras persona...y todo ello sin salir de casa!! Si logramos esto antes de llegar a la escuela, ¿por qué los profesores dan de lado a la oralidad en deprimento de la escritura?

Hemos de seguir enseñando vocabulario a los alumnos y ponerlo en práctica, recalcando la importancia de saber expresarse en público a lo largo de nuestro desarrollo personal. La escritura nunca ha de solapar a la oralidad sino complementarla, prestándole a ambas la misma atención e importancia. Estoy completamente de acuerdo con el comienzo del artículo, la enseñanza de la lengua ha de considerarse un desafío para los profesores y para la capacitación de los alumnos

A nivel personal considero que los trabajos y exposiciones orales, aun siendo de manera individual, favorecen la sociabilización del individuo y la cohesión grupal. El saber expresarnos en todo momento y situación crea en nuestra persona la seguridad y confianza necesaria para seguir aprendiendo, sin miedo a equivocarnos o a lo desconocido.

Cynthia Afonso García dijo...

Mi opinión:

Me gustaría empezar diciendo que para enseñar bien la lengua oral, primero hay que saber hablar bien. Más que nada porque en un entorno como es el colegio, donde enseñamos a niños pequeños; estos aprenden según lo que ven.

De nada sirve llenar los planes curriculares de contenidos referentes a la lengua oral si luego los encargados de hacer que se cumplan, no son ni capaces de llevarlos a la práctica. Desgraciadamente opino que siguen habiendo profesores cuya expresión en clase y método pasivo deja mucho que desear. Por ello, no es de extrañar que la juventud tenga tantos problemas para expresarse en público o de forma adecuada.
Así es que como futuros docentes, debemos afrontar el desafío de enseñar la oralidad después de haber hecho primero una reflexión sobre la nuestra.

La mejor manera de hacer llegar a los alumnos la necesidad de trabajarla, sería partiendo del respeto y el interés por lo que dicen los demás. No solo se aprende escuchando sino que hablando también, y mucho.
Se debe trabajar la lengua oral desde que un niño es escolarizado hasta el último nivel de estudios que alcance. Y por supuesto, estoy de acuerdo con lo que dice el texto de hacerlo no sólo en el área de lenguaje, sino en todas.
Ésto debe ser así porque en nuestro día a día nos encontramos en distintos entornos, todos ellos plagados de oralidad. De ahí la importancia de hacer que las intervenciones orales se adecuen a las distintas circunstancias de comunicación donde nos encontremos.

Termino recordando un refrán que dice "Soy lo que como"...Os preguntaréis a qué viene esto. Pues a que yo pienso que "Somos lo que hablamos".

Mario R. Castillo dijo...

¡O te callas o te vas de clase!
Quien no ha escuchado esa frase alguna vez en clase, a mí personalmente me la decían muchas veces. He empezado diciendo esto porque en la mayoría de los casos los propios niños y niñas son los que quieren expresarse oralmente y se les corta constantemente, sin ni si quiera escuchar lo que quieren decir. Se les obliga a hablar cuando ellos no quieren, de temas que no entienden.
Haciendo referencia a primaria, en mi opinión da igual cuando y el que, lo importante es que se expresen, que pierdan el miedo a hablar, todos sabemos que uno de nuestros derechos es ser escuchados, pero en las aulas por lo general el protagonismo siempre lo tiene el profesor o profesora, y seden el turno al niño o niña en un contexto que tal vez no sea agradable para ellos, que quizás coaccione al alumno o alumna. Por ejemplo, el profesor habla y habla, explica y cuando él quiere es cuando dice: a ver fulanito, que piensas sobre… y de esa forma está dando pie a que se expresen oralmente, pero de qué manera. Sería más interesante que fuese una clase en donde los protagonistas fuesen ellos, que empiecen ellos el tema, partiendo de sus intereses, y de esa forma estarían motivados a hablar constantemente de algo que les motiva a hacerlo.
Pero no me vayan a malinterpretar, con esto no quiero decir que sea una clase en la que están hablando todos a la vez y de diferentes temas al mismo tiempo, eso tampoco ayudaría en fomentar la oralidad. Todo lo que dije anteriormente conlleva mucho trabajo, es ahí cuando entramos nosotros, para servir como guías, como referentes, encaminando su motivación y sus ganas de hablar a los contenidos que tengamos que trabajar.
En definitiva, un claro ejemplo es el que nos puso John, en el link de “youtube”, la profesora está dando pié a que se expresen libremente, sin coaccionar a nadie y sin obligar a nadie a hablar, se les ve a todos motivados y a la misma vez la profesora va partiendo de los comentarios de los alumnos y alumnas para seguir la clase.
“Por algo será que la mayoría de las personas que llaman por teléfono para vendernos algo sean de Sudamérica, tiene un mayor manejo de la oralidad, sin duda alguna”

Verónica García Monzón dijo...

Como seres humanos que somos, las personas estamos destinadas por naturaleza a comunicarnos con el entorno al que pertenecemos, ya sea a través de la lengua oral o la escrita. Desde que nacemos llegamos al mundo con la capacidad de comunicarnos, primero mediante llantos y gestos, y ya luego con el paso del tiempo, vamos adquiriendo diferentes estrategias para ser hábilmente comunicativos. Este proceso empieza en casa y sigue su camino en la etapa escolar que el niño comienza. Es aquí cuando se le inculca el valor de saber escribir y aprender a expresarse correcta y asertivamente. El problema se nos plantea cuando vemos que existen profesores que no le dan la importancia necesaria a la lengua hablada, sino que se centran en trabajar la expresión escrita. ¿Qué problemas ocasionará esto a la larga? … Uno de los más conocidos es la fobia o el miedo a expresarse en público, una ponencia, exposición, simplemente, expresarse ante un grupo numeroso de personas a las que no conocemos.

En pleno siglo XXI, no podemos permitirnos el fallo de formar a profesores que tengan en cuenta única y exclusivamente la lengua escrita, pues en mi opinión es igual de importante saber escribir como saber hablar correctamente. Es por esta razón por la que debemos evitar en las aulas aquellas expresiones como: “ o te callas o te vas de clase”, pues con situaciones como estas no estamos dejando libertad a las expresiones de los alumnos.

En definitiva, soy partidaria de una escuela completa y eficaz, que lidie con los 3 componentes básicos de la lengua, como son: la oralidad, la lectura y la escritura, partiendo siempre de la libertad de expresión, la comprensión y respetando la individualidad de cada ser.

Zaida Sarmiento dijo...

Estoy de acuerdo con el texto, ya que la oralidad es una de las cosas que como seres humanos que somos necesitamos en nuestra vida. Aprender a hablar con claridad, escuchando a la otra persona, respetando el turno de la otra persona y que la otra persona sepa respetar el tuyo, son cosas que necesitamos, y la escuela no ha sabido llevar esta situación con constancia. Aprendemos a hablar desde edades muy tempranas, pero no solo tenemos que aprender a hablar, también tenemos que saber cuando hablar, cuando utilizar determinadas palabras,etc.
Por este motivo la oralidad es una de las cosas esenciales en la vida y tiene un papel muy importante que la escuela debe cubrir al 100%.

Sara Trujillo Hulsund dijo...

En un principio, la oralidad fue el único sistema de expresión de hombres y mujeres, aunque también se utilizaba como instrumento para transmitir conocimientos.
Actualmente la oralidad es la forma comunicativa que va desde algo tan simple como el grito de un bebé a algo mas específico como una conversación entre amigos.
Por otro lado la oralidad es un componente bastante importante en nuestra expresión oral ya que es un acto dirigo de un ser humano a otro u otros. Cabe decir que la oralidad se desarrolla de forma diferente según los múltiples tipos de culturas existentes, esto quiere decir que no nos expresamos igual ni hablamos igual aquí que en paises donde la expresión y la comunicación no significan un pilar importante en el día a día de cada persona.
Desde mi punto de vista y como bien se dice en el texto la oralidad debe trabajarse en el sistema educativo desde el primer nivel hasta el último, ya que constituye una base fundamental tanto para la lengua hablado como para la lengua escrita. Esto contribuye a que dándosele más importancia en la escuela los niños y niñas puedan dar su opinión libremente, expresarse, y también algo muy importante como es el que sean escuchados al manifestar sus ideas.

Davinia Cerpa Santana dijo...

Que la escritura y la oralidad deben ir siempre de la mano es una verdad sabida por todos. Sin embargo, y paradójicamente, estas habilidades se separan al tratarse en el ámbito educativo, centrándose en gran medida en la primera destreza nombrada.

En este ámbito la lengua oral no está siendo valorada según su importancia en todos los aspectos de nuestra vida. A pesar de servirnos para utilizar de una forma correcta el lenguaje, saber escuchar y hacernos escuchar… es decir, para interactuar con los demás, en las aulas se ha dejado a un lado llegando, incluso, a descuidarla. Todo ello para dedicarse completamente a la escritura. No es de negar el valor de la misma, la necesidad de poseer recursos a la hora de redactar y poder expresarnos con cierta autonomía sin desatender la forma de hacerlo. Se sabe que la escritura encierra diversas estrategias que deben ser transmitidas a los alumnos, y éstos a su vez las deben interiorizar para ser capaces de crear su propio estilo. Pero, ¿la oralidad no tiene esas mismas estrategias? ¿Las personas nacemos con los conocimientos de cómo expresarnos en cada situación y en cada lugar? Quizás hayan personas que han tenido la suerte, gracias a la experiencia, de adquirir dichos conocimientos y habilidades, pero ¿y el resto? ¿Cómo se supone que lo debemos hacer? En el ámbito donde correspondería aprenderlo apenas se plantea dicha idea.

Deberíamos romper con lo tradicional, al menos por esta vez, para adaptarnos a las necesidades de la sociedad en la que vivimos. Una sociedad donde muchas oportunidades van a depender de la capacidad para comunicarnos con los demás mediante la expresión oral. Una sociedad en la que debemos educar y hablar para la vida, y en la que, en definitiva, somos lo que hablamos.

Ana Belén Pérez Guzmán dijo...

La oralidad es un aspecto relevante, que deberíamos dominar todos, ya que aunque un alumno haga un trabajo brillante, si no lo sabe defender y exponer a los demás con la soltura y naturalidad necesaria, va a quedar como el peor de los trabajos realizados.

En las aulas de nuestros centros se domina más la escritura que la oralidad, un claro ejemplo de ello es que los exámenes se llevan a cabo a través de pruebas escritas, pero no hay exámenes orales donde los niños aprendan a hablar en público para los demás. Y es aquí donde está el verdadero error.

Muchos niños salen de los colegios sin haberse enfrentado nunca a una prueba oral y cuando llegan al instituto y tienen que exponer un trabajo no saben cómo hacerlo. Y ya no sólo en el instituto, sino peor aún, cuando se llega a la universidad y tienen que exponer muchos trabajos.

Muchos alumnos universitarios al principio hacen un trabajo mediocre, “pobre” a la hora de exponerlo, pero no es culpa de ellos, sino de la enseñanza que reciben los niños en los centros de primaria.

Por todo ello, para evitar problemas así, se debe inculcar e incorporar la oralidad desde muy pequeños, para que luego tengan la soltura y la destreza necesaria a la hora de enfrentarse a un grupo de personas.

Laura Medina Montesdeoca dijo...

Está claro que en la educación primaria se trabaja poco la oralidad, e incluso en secundaria es bastante pobre.

Muchos de nosotros llegamos a la universidad sin saber exponer un trabajo al resto de la clase,con lo cual debería enseñarse desde la educación primaria lo importante que es el saber expresarse correctamente. Como bien dice el texto, los debates también son una buena forma de trabajar la oralidad ya que se produce un intercambio de opiniones y conocimientos con el resto de participantes, y se da la participación por igual entre todos los miembros.


En mi caso por ejemplo, antes de entrar a la universidad hice un ciclo superior de animación sociocultural, en el que lo que más trabajabamos era la oralidad, todo teníamos que exponerlo, debatirlo, comentarlo...y hoy en día valoro muchísimo lo que me ayudó el ciclo para perder todos esos miedos.

Soledad Ardanaz Petit dijo...

Es evidente la gran importancia que tiene la lengua oral en la vida diaria.
Estoy de acuerdo con que la lengua oral se debería trabajar en todos los niveles del sistema educativo y la verdad que creo que al terminar bachillerato no tenemos ningún tipo de preparación para poder expresarnos oralmente, debido a que desde primaria los profesores son los que mandan y no dejan a los alumnos expresarse como es debido.

Sería interesante que en el sistema educativo se trabajara la lengua oral, desde el primer nivel de educación hasta el último, en lo que se refiere a saber expresarnos delante de la clase, no tener miedo,el desarrollo de charlas diarias, realizar exposiciones, etc.

Creo que es algo que no se cubre al terminar los estudios de bachiller, y es algo que nos repercute en el futuro.
La lengua oral supone algo muy importante, debido a que una vez terminado bachillerato podemos empezar a trabajar y es algo necesario de cara al público, al igual que en la universidad las exposiciones son algo que vamos a tener que hacer sí o sí.

PEDRO DE LA NUEZ dijo...

Sin duda alguna , la comunicación es más eficaz cuando se dominan ciertas habilidades lingüísticas, implica el trabajo con la oralidad (saber hablar) , la escritura y la lectura .
Si hacemos una reflexión sobre la presencia de la lengua oral en nuestros espacios educativos , evidenciamos que debemos detenernos en esa labor que comienza en el primer ciclo de primaria, donde la lectoescritura es fundamental ,de ahí el trabajo y la detección del tratamiento educativo de los trastornos de la lengua oral y escrita , junto con la comprensión lectora .
“ Los fracasos en el área de la lengua “ o no "se sabe leer" “ni escribir” , es una apuesta manifiesta de la implicación de los docentes , pues el “ saber hablar “, la comunicación lingüística es el motor de las relaciones interpersonales, del buen uso o mal uso del lenguaje dependen muchos éxitos o fracasos , de ahí la notoria relevancia de la enseñanza de la lengua oral en nuestros espacios educativos .
La enseñanza de la lengua en la escuela , tiene como objetivo adquirir competencias , aprendizajes fundamentales para el desarrollo individual del niño, si aprende a leer y a escribir se perfecciona el lenguaje oral . Es la escuela y los docentes los que cumplen la misión de perfeccionar el lenguaje , también el entorno y la familia , ya que la oralidad es un aspecto importante de nuestra identidad cultural.
El docente se encuentra con modelos diferentes , en función de la organización familiar , el maestro debe aplicar metodologías donde el discurso , forme parte del trabajo diario de nuestros hijos la oratoria .